martes, 22 de noviembre de 2011

LA ESCUELA PARTE 1

LA ESCUELA
Escuela se refiere al espacio físico o la institución escolar, que se rige por un plan de estudios y persigue el fin de que los alumnos adquieran una serie de conocimientos, habilidades y actitudes que les permitan continuar con sus estudios o bien incorporarse al mercado laboral
Educación hace referencia al conjunto de prácticas y estrategias docentes que se llevan a cabo con la finalidad de que los estudiantes desarrollen los aprendizajes perseguidos por la institución escolar.
Educación” es un término amplio y complejo, pues no sólo se adquieren conocimientos al interior de las escuelas. También se aprende en la familia, con los amigos, en el trabajo y en la iglesia, una serie de normas que permiten integrarse a distintos grupos sociales. Esto último, se habrá de entender por socialización.
Así pues, la escuela es sólo una institución más en la que se puede educar a los individuos. Por un lado, se aprende lo que aparece de forma explícita en los programas y planes de estudio de las distintas instituciones escolares, pero al mismo tiempo se aprenden comportamientos, actitudes, valores que no son explícitos. Es decir, la escuela, además de un espacio de aprendizaje de conocimientos, también funciona como un espacio social donde se van conformando identidades.

Sistema escolar
En términos de antigüedad, los procesos educativos existieron mucho tiempo antes de que la escuela surgiera. En las primeras sociedades humanas la educación estaba caracterizada por su casi nula institucionalización: los niños aprendían a través de su participación en la práctica de los adultos, pues los saberes que eran transmitidos estaban vinculados con las necesidades de subsistencia y control del medio ambiente

Posteriormente, con el desarrollo de la agricultura y el paso al sedentarismo, el hombre pudo destinar más tiempo al trabajo intelectual y ello originó un acumulamiento de saberes cada vez mayor. Ante la necesidad de transmitir esa cantidad de conocimientos a las nuevas generaciones, las sociedades crearon espacios y destinaron personas y tiempos específicos para llevar a cabo los procesos educativos, naciendo así la escuela. Desde entonces a la fecha, la institución escolar se ha ido transformando, de acuerdo a las condiciones del contexto en el que se desarrolla.
Juan Bautista de la Salle, sacerdote y pedagogo francés, creó un modelo estructurado en torno a dos ejes: el orden y el control, que se aplican mediante la simultaneidad de la enseñanza, es decir, un grupo de alumnos recibe la misma instrucción al mismo tiempo, a través de un único docente. Esta distribución es muy similar a la estructura de la celebración litúrgica, la misa. Las ideas del sacerdote han perdurado en parte, debido a que a través de su método se garantiza la escolaridad masiva de grandes grupos de alumnos con muy pocos maestros.
Por su parte, los miembros de la compañía de Jesús, introdujeron la figura del decurión, alumno destacado que participaba en la clase ayudando a sus compañeros y colaborando con el docente. Este mecanismo permitía dar atención a los alumnos que conformaban un grupo jesuita (entre 200 y 300 alumnos).
El papel de los jesuitas en la educación ha sido sumamente importante, sobre todo en México, ya que este grupo tuvo a su cargo la mayor parte de las escuelas mexicanas desde su llegada al país en el año 1572 hasta poco después de la promulgación de las leyes de Reforma.
Entre los siglos XVII y XIX, empieza a conformarse propiamente la escuela moderna. De acuerdo con Silvina Gvirtz (2008) esto se produjo en el marco de cuatro procesos fundamentales:
• La revolución agrícola, que implicó una masiva emigración de trabajadores hacia las ciudades;
• La Revolución Industrial, que creó nuevas formas de organizar el proceso de producción y generó un nuevo tipo de trabajador: el obrero industrial;
• La idea de ciudadano, que surgió con las revoluciones políticas y que se extendía a toda la población;
• La revolución tecnológica, íntimamente ligada con las dos primeras, que derivó en la construcción de nuevos campos del saber y en la configuración de nuevas formas productivas.
Esta situación obligó a los estados-nación a proporcionar educación a una gran cantidad de personas (fenómeno conocido como masificación de la enseñanza), para lo cual se requirió de instituciones destinadas expresamente a esta labor. Ya no bastaba con tener escuelas en los municipios o maestros que enseñaran en sus casas: la educación debía impactar en toda la población para poder unificar la lengua, la historia y la cultura.
En este nuevo contexto, el Estado asumió la responsabilidad de la provisión del servicio educativo y la regulación del sistema. A finales del siglo XIX, se promulgaron diversas leyes que dieron lugar a la conformación de los sistemas educativos nacionales.

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